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Los inicios del ruido
La música independiente granadina no es únicamente fruto de los tiempos actuales, su surgimiento y necesidad social viene de atrás.
La década de los años 80 supuso una revolución esencial en el panorama local, dando lugar a la emergencia de bandas locales a raíz de la fundamental influencia londinense provocada por la eclosión de agrupaciones punk como The Clash o Sex Pistols, quienes daban su pistoletazo de salida a mediados de los años 70s para hacerse con un prestigio arrasador. Así, el cruce sonoro que partía desde el Canal de la Mancha ocasionó en el sur de España el surgimiento de bandas que llevaban por bandera las frecuencias de un punk de distorsiones desgarradoras.
El germen se establecía en Las Cuevas, el santuario de ensayo tutelado por Cristóbal y situado en el alto de la Carretera de Murcia, donde nacían agrupaciones jóvenes desde el movimiento underground como T.N.T., KGB, 091 o Magic -dando cobijo hasta una totalidad de 33 grupos-. Estas bandas –efímeras o establecidas- que darían lugar a la consolidación de una escena musical granadina, afianzada con el transcurso del tiempo.


KGB (1982-1985) cumpliría con la función de ser el germen fundacional entre los pasadizos de Las Cuevas. La banda integrada por José Cristóbal Sabio, conocido como Maroto -voz-, José Ángel Ruiz -guitarra-, Paco Cara -bajista y letrista- y Eric Jiménez -batería y, a su vez, una de las figuras esenciales de la emergencia musical granadina con la formación Los Planetas durante la década de 1990-, llegaría a darse a conocer en un primer concierto realizado en Sevilla el 23 de julio de 1982, siendo una de las primeras agrupaciones en llevar estas nuevas formaciones fuera de los límites de la ciudad granadina.
Siendo una banda formada por adolescentes, , traerían el sonido coetáneo del punk británico -influenciados por bandas como Killing Joke-, definiéndose a sí mismos como neo-punk.

Eric Jiménez con 17 años a la batería. KGB en el Hotel Triana, Sevilla, 1983
Aunque KGB lograse un alto reconocimiento fuera de los límites locales, llegando a tocar en salas de gran prestigio en la época como el Rockola madrileño o producidos por el sello discográfico DRO, la evolución del grupo acabó con un declive dentro de la escena granadina, finalizando con un concierto de despedida en la localidad granadino de Albolote el 3 de agosto de 1985.
Por su parte, T.N.T. (1978-1984) ayudó a establecer las bases de una escena musical vacilante que se vería impulsada por el apoyo nacional basado en movimientos como La Movida Madrileña o el Rock Radical Vasco. La banda formada por José Antonio García -voz, miembro de 091- y Ángel Doblas -bajista, ex miembro de los 'cero' (091)- en el pueblo granadino de Huétor Tájar, se vería trasladado al centro de la área metropolitana de Granadina, encontrando la integración de Joaquín Vílchez -batería- y Jesús Arias -guitarrista y buscador incansable de la mejor producción sonora de la formación-. Pese a cosechar un gran éxito partiendo desde la escena independiente en la localidad granadina, diversas llegadas y retiradas por parte de sus miembros llevarían a la desaparición de la formación.
Directo de T.N.T. en el Festival Zaidín Rock, 1990. Interpretación del tema "1984", extraído de su primer trabajo "Una naranja mecánica" (1982)
Sin embargo, sus miembros José Antonio García y Ángel Doblas se unirían a la célebra banda granadina 091 (1982-1996), esencial en la expansión de la escena emergente local hacia el ámbito nacional gracias a la creación de estructuras de composición sonoras más desarrolladas, empujadas gracias al guitarrista José Ignacio Lapido, fundador de la formación y procedente de la banda coetánea Al-Dar.
091 se consolidaría como una de las bandas sustanciales en el ámbito nacional durante la década de los 80 y principios de los 90, sin embargo, el anhelo económico de las grandes productoras y el "traer nuevas caras" al panorama musical llevarían a la banda a un callejón sin salida.
Directo de 091 del tema "¿Qué fue del siglo XX?. Extraído del DVD "El último concierto" (1996)
En otro orden, el surgirmiento de la escena musical granadina no se daba únicamente a través de salas de concierto y locales de ensayo, sino que un factor indispensable en esta propulsión fueron los locales de ocio, bares y pubs granadinos.
Resulta esencial conocer el ambiente creado alrededor de calles como Pedro Antonio Alarcón cuando los bares rebasaban, algunos ya desaparecidos, por todas sus esquinas -un panorama continuamente renovado hasta el día de hoy-.
Allí se situaba el pub Silbar con un denotado ambiente sonoro en torno a los géneros punk rock o new wave. En este, José Antonio García (T.N.T. & 091) trabajaba como camarero, estableciéndose como punto de reunión para las bandas del momento.
Aquí se introdujo Joe Strummer -voz de la afamada agrupación británica The Clash-, quien, cansado de la repercusión de su propia formación y su impacto en la prensa británica, decidició comenzar un proceso de migración en Andalucía, apareciendo en la ciudad de Granada en 1984.
Contraste entre la ciudad de día y los interiores del pub Silbar en la noche
En este local, el cantante inglés se quedaría fascinado por 091, la formación de J. A. García, quien llegaría a producir su segundo trabajo, Más de cien lobos. De igual manera, tal era la influencia de la ciudad sobre el vocalista de The Clash que llegó a escribir la canción Spanish Bombs sobre Lorca y la Guerra Civil.
De este modo, muchos locales de ocio han sido -y siguen siendo- el centro neurálgico para la formación de una escena musical granadina. Esta escena independiente sigue permanentemente fraguándose a través del tiempo, nuevas bandas emergen y crean vínculos entre sí, dándose las condiciones necesarias para que el ámbito cultural pueda perdurar en una ciudad como Granada -esperemos que por muchos años más-.